LA MASCARILLA OLVIDADA

Ayer llegué al centro de salud para mi cita de vacunación. Apenas crucé la puerta, me di cuenta de que había dejado la mascarilla en casa. El lugar estaba abarrotado de gente, filas interminables, esa sensación claustrofóbica que te paraliza. El pánico me invadió: "¿Y si me rechazan? ¿Y si tengo que irme sin vacunarme?" Sin pensarlo, salí disparado hacia la farmacia más cercana. Mientras corría, sentía el corazón acelerado, esa urgencia de no fallar, de no quedar excluido. Compré la mascarilla, volví al centro, y finalmente pude vacunarme tranquilo. Fue un momento pequeño, pero revelador: cuánta ansiedad generan las barreras inesperadas.

12/20/20251 min read

A cozy desk with a notebook, a cup of coffee, and a laptop showing a blog post.
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Relatos diarios.